El río Zambeze dibuja el límite entre Zambia y Zimbabue en el África austral; allí se forma la mayor cortina de agua de planeta: las Cataratas Victoria. La población local le dio el nombre de Mosi-oa-Tunya, o “humo que truena”, ya que su estruendo llega a oírse hasta a 50 kilómetros de distancia.

El rugido de las aguas del Zambeze, al precipitarse por el abismo de más de cien metros, parece brotar de las entrañas de la Tierra, penetrar en todo el cuerpo y hacernos parte de una atmósfera que parece pintada por un artista surrealista

La niebla y los arcoíris flotantes

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Pero el sonido es solo el preludio de lo que las Cataratas Victoria ofrecen. A medida que uno se acerca al borde del precipicio, el aire comienza a cambiar. Una fina neblina, casi invisible al principio, pronto se transforma en una densa cortina de agua suspendida en el aire. Esta bruma es creada por el impacto del agua contra las rocas que asciende de regreso al caudal. En ciertos momentos, el viento toma la neblina y la esparce como lluvia sobre los visitantes, envolviéndolos en un clima húmedo y refrescante.

La bruma puede subir tan alto que forma pequeñas nubes que descargan lluvias repentinas en un radio cercano, una especie de microclima creado por la propia fuerza de la cascada. El sol, al atravesar esta cortina de agua, produce arcoíris flotantes que añaden irrealidad al ya de por sí extravagante paisaje. En días claros puede haber dobles y triples arcoíris flotando por encima de todos.

Las cascadas dentro de las Cataratas Victoria

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Las Cataratas Victoria están compuestas por varias secciones principales que ofrecen vistas espectaculares y distintas perspectivas de esta maravilla natural, considerada una de las más grandes y bellas del mundo. La Catarata del Diablo es la sección más occidental y, aunque es la más pequeña en términos de volumen de agua, ofrece una vista impresionante de los precipicios escarpados que forman la garganta.

La Catarata Principal es la sección más grande y potente, donde el agua cae desde una altura de más de 100 metros, creando un estruendo ensordecedor y una niebla visible desde kilómetros de distancia.

Al lado de la Catarata Principal se encuentra la Catarata del Arco Iris, llamada así por los constantes arcoíris que se forman en su base debido a la niebla generada por la caída del agua. Finalmente, la Catarata del Este es una extensión más tranquila que permite una visión más cercana del abismo. Cada una de estas secciones brinda una experiencia única, ya sea que busques el estruendo abrumador de las caídas de agua más grandes o la serenidad de las áreas más tranquilas. Además, cada sección tiene miradores específicos que ofrecen diferentes ángulos y oportunidades fotográficas, haciendo de las Cataratas Victoria un destino de absoluto asombro.

El Humo que truena

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Pasearse por el borde del precipicio, sea por la parte zambiana (en el parque nacional Mosa-oa-Tunya) o por la zimbabuense (en el parque nacional Cascadas Victoria), es una experiencia que sin lugar a dudas te deja helado.

El “Humo que truena” es un recordatorio de que la naturaleza no solo es un escenario, sino una fuerza viva y vibrante que continúa esculpiendo el mundo, un día, una gota a la vez.

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