Ubicada en el altiplano etíope, Laibela es un destino que cautiva por su misticismo y su riqueza histórica. Sus calles de piedra y su entorno montañoso ofrecen un escenario único donde la vida cotidiana transcurre en estrecha relación con un legado espiritual y arquitectónico excepcional.

Esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un lugar de peregrinación y de encuentro con una tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos.

Las iglesias monolíticas de Laibela

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En el norte de Etiopía, entre las montañas de la región de Amhara, Laibela se alza como un testimonio de la historia y la arquitectura. Esta ciudad, que alguna vez fue la capital del reino medieval de Etiopía, es conocida por sus iglesias monolíticas excavadas en roca, una obra monumental del siglo XII. Estas estructuras, esculpidas directamente en el suelo de basalto rojo, fueron concebidas bajo el reinado del emperador Gebre Mesqel Laibela con el objetivo de crear una “Nueva Jerusalén” para los peregrinos cristianos ortodoxos. Entre ellas, Bet Giyorgis destaca por su diseño en forma de cruz y su aparente sencillez exterior, que contrasta con la complejidad de su interior.

Festividades y tradiciones vivas

Más allá de su arquitectura, Laibela es un centro espiritual y cultural. Cada año, durante la Navidad etíope (Genna) y la Epifanía (Timkat), miles de fieles se congregan en sus iglesias para participar en ceremonias de gran significado religioso. El sonido de los cantos litúrgicos y la luz de las velas crean una atmósfera especial.

El paisaje que rodea la ciudad también forma parte de su encanto. Las colinas y valles que se extienden más allá de las iglesias ofrecen rutas de senderismo. En el camino, es común encontrar pequeñas aldeas donde la hospitalidad etíope se manifiesta en un café recién preparado o en una conversación con los habitantes.

Además, Laibela ha comenzado a abrirse al turismo con iniciativas de turismo sostenible que buscan preservar su patrimonio y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. La ciudad cuenta con alojamientos que combinan comodidad con el respeto por la arquitectura tradicional, así como con guías locales que ofrecen una visión profunda de su historia y cultura. Este equilibrio entre conservación y desarrollo hace que cada visita a Laibela sea una experiencia enriquecedora tanto para los viajeros como para la comunidad local.

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Visitar Laibela es una oportunidad para conocer una expresión arquitectónica y religiosa única. En cada iglesia y en cada callejuela de piedra se conserva un legado que sigue marcando la identidad de esta región.

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