En el centro de Estambul, donde Europa y Asia se encuentran, se alza majestuosa la Mezquita Azul. Su silueta, con seis minaretes que perforan el cielo, define el horizonte de la ciudad y cautiva a visitantes desde hace más de cuatro siglos. Es uno de los sitios más imposiblemente bellos de nuestro planeta. Uno de esos lugares que definitivamente hay que ver por lo menos una vez en la vida.

Un legado otomano

Construida entre 1609 y 1616, la Mezquita Azul representa el cenit de la arquitectura otomana. Se edificó por orden de Ahmed IEl un joven sultán, que con apenas 19 años. al inicio de su reinado, buscaba dejar una marca indeleble en la ciudad y superar la grandeza de la cercana iglesia católica de Santa Sofía.

Un mar de azulejos

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El apodo “Mezquita Azul” no es casual. Al entrar, el visitante se encuentra inmerso en un océano de más de 20,000 azulejos de Iznik. Estos azulejos, predominantemente azules, cubren las paredes interiores y la cúpula central, creando un efecto etéreo cuando la luz del sol se filtra por las 260 ventanas.

Arquitectura que desafía la gravedad

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La cúpula central, con un diámetro de 23.5 metros y una altura de 43 metros, parece flotar sobre el espacio de oración principal. Esta ilusión se logra gracias a un ingenioso sistema de semicúpulas y contrafuertes que distribuyen el peso de manera equilibrada.

Los seis minaretes de la mezquita fueron motivo de polémica en su época. Hasta entonces, sólo la mezquita sagrada de La Meca contaba con ese número de torres. Para apaciguar las críticas, el sultán ordenó la construcción de un séptimo minarete en La Meca.

Un espacio vivo

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Hoy, la Mezquita Azul sigue siendo un lugar de culto activo y un símbolo de Estambul. Al atardecer, cuando el canto del muecín resuena entre sus muros y la luz del sol poniente baña sus cúpulas, es fácil sentir el peso de la historia y la belleza atemporal de este monumento.

La Mezquita Azul no es sólo un edificio; es un testimonio de la ambición humana, un tributo a la fe y una obra maestra que sigue inspirando a generaciones de artistas, arquitectos y viajeros.

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