Las Islas Mauricio no solo son conocidas por sus playas de arena blanca y aguas turquesas, sino también por ser hogar de algunos de los jardines botánicos más notables del Océano Índico. Estos espacios naturales invitan a explorar un mundo donde la flora local y exótica se entrelazan, creando una atmósfera de paz y contemplación. A continuación, tres jardines que merecen ser visitados por aquellos que buscan un viaje entre lo más alucinante de la naturaleza y la historia.
Jardín Botánico de Pamplemousses
El jardín botánico Sir Seewoosagur Ramgoolam, más conocido como el jardín de Pamplemousses, es quizás el más famoso de Mauricio. Fundado en el siglo XVIII por el botánico francés Pierre Poivre, este espacio tiene más de 37 hectáreas dedicadas a la biodiversidad. En sus senderos, uno puede encontrar desde palmeras raras hasta las características plantas de loto gigantes que flotan en los estanques. El jardín alberga especies de plantas de Asia, África y América, mostrando la capacidad de adaptación de la flora en un clima tropical. Sin embargo, lo que cautiva no son solo las especies exóticas, sino también los árboles autóctonos que ofrecen una perspectiva única de la flora local y de la herencia natural de Mauricio.
Jardín Botánico de Curepipe
Ubicado en la zona central de la isla, el jardín botánico de Curepipe es mucho más pequeño que el de Pamplemousses, pero tiene un encanto particular. Menos frecuentado por turistas, ofrece una atmósfera tranquila que permite disfrutar de la vegetación sin el bullicio de grandes grupos. Su especialidad es la conservación de especies en peligro de extinción, como el famoso árbol endémico “dodo tree” (también conocido como tambalacoque), cuya historia está ligada a la extinción del ave dodo. Entre caminos estrechos y sombras de árboles altos, el visitante puede conectar con una naturaleza preservada que refleja el compromiso de la isla con su entorno.
Jardín de Anse la Raye
Anse La Raye no es un jardín botánico formal, pero en este espacio, naturaleza y paisaje costero se fusionan para ofrecer un panorama distinto. Situado al norte de la isla, este lugar combina especies de vegetación salvaje con una laguna serena y rocas volcánicas que dan al océano. Es un jardín de transición entre lo cultivado y lo natural, donde se encuentran tanto arbustos endémicos como árboles traídos de tierras lejanas, adaptados al clima costero. Para quienes buscan algo fuera del diseño tradicional de jardines, Anse La Raye permite una interacción más directa con el ambiente y ofrece una experiencia sensorial al compás del viento y las olas.
Estos jardines de las Islas Mauricio son mucho más que meros espacios verdes; cada uno guarda su propio carácter y su propia historia. En ellos, el viajero no solo encuentra especies vegetales, sino que también descubre un relato natural que trasciende el tiempo y conecta a la isla con otros rincones del mundo. Explorarlos es, en última instancia, acercarse a un Mauricio más profundo, donde la naturaleza habla a través de cada hoja, cada flor y cada árbol.
Adéntrate con nosotras en la vegetación y las playas de este espectacular lugar del mundo. ¡Planea tu viaje!