Colinas y dunas rojizas con surcos ondeados conforman el desierto de Namib, el más antiguo del planeta. Es la réplica perfecta de lo que imaginamos al pensar en un paraíso de dunas africanas. En lengua nama, Namib significa “enorme”, y es que abarca 2000 km de longitud desde el sur (en el río Orange, frontera con Sudáfrica) hasta el norte (río Kunene, en la frontera con Angola).

Ese tono rojizo de la arena de debe al óxido de hierro que, en función de las horas del día, cambia de rojo intenso al amanecer, hasta el naranja y el amarillo por la tarde y la noche. En este descomunal arenal, protegido dentro del parque nacional Namib-Naukluft, casi no hay agua, pero milagrosamente hay vida debido a una capa de niebla que suele cubrir la región gracias al viento y el agua fría procedente del Atlántico.

Antoine de Saint-Exupéry bien podría haber estado en Namib cuando escribió lo siguiente: “Siempre he amado el desierto. Puede uno sentarse sobre un médano de arena. No se ve nada. No se oye nada. Y, sin embargo, algo resplandece en el silencio…”.

Namib, una región simbiótica entre animales y árboles

Tenemos que entender que cuando en una región existe tal escasez de agua, la naturaleza no compite entre sí, sino colabora. Los follajes dan sombra a los antílopes, que a su vez abonan la tierra y dispersan sus semillas.

Entre los árboles de Namib están varias especies de acacias, cuyas sombras redondas salpican el desierto. Los escarabajos, chacales, zorros de oreja grande, las suricatas, avestruces, arañas y serpientes toman prestada el agua de la niebla en los amaneceres para hidratarse. También hay elefantes que se han adaptado al desierto o gacelas órice, con una elevada temperatura corporal de hasta 40 grados. Así, entre el mar rojizo de Namib, todas las especies han desarrollado un sistema inteligente de refresco y simbiosis para sobrevivir al calor y la sequía.

Todos ellos pueden verse en los safaris.

La imposible belleza del Parque Nacional Namib-Naukluft

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Es frecuente hablar del desierto del Namib y del Parque Nacional Namib-Nauklufut como sinónimos y no lo son. Este espacio natural protegido es solo una pequeña parte –aunque la más espectacular– del gran Desierto del Namib, que ocupa todo el litoral de Namibia.

El área más conocida del parque es Sossusvlei, un destino de ensueño para contemplar la serenidad infinita de las dunas y todas las especies de animales y plantas. Esta es la franja de arena más famosa del país, donde las gigantescas dunas se alzan más de 300 metros.

Por cierto, una particularidad presente en el Namib es su escasa pluviosidad; el viajero no tendrá el inconveniente de la arena en los ojos para recorrer esta sobrecogedora región del planeta. Lo que sí tendrá es la ocasión de observar un espectáculo astronómico que pocas veces en la vida se presenta. La escasa luminosidad abre la bóveda celeste con todas sus estrellas fugaces y meteoritos para recordar lo mínimos que somos en este hermoso planeta.   

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